Bendito seas, Señor, Padre nuestro, que al llegar la plenitud de los tiempos enviaste a Tu Hijo, para que, nacido de la Virgen María, realizara la obra de nuestra salvación por medio de su muerte y resurrección.
Sr. Hermano Mayor, Sr. Director Espiritual y párroco de santa Teresa, Sr. Presidente de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, Sr. Hermano Mayor de mi Hermandad del Cristo del Amor, Hermanos todos en Cristo nuestro Señor y su Madre María Santísima.
Nos encontramos en éste salón de la Parroquia de Santa Teresa, tan intimista y sugerentemente adornado, convocados por nuestra hermandad para conocer el cartel que anunciará un gran acontecimiento a toda Almería y que es ni mas ni menos que la salida procesional de la Cofradía de Pasión con sus sagrados titulares, Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída y María Santísima de los Desamparados en el ya inminente Lunes Santo.
La Tercera Caída, quizás la mas dolorosa. A pocos metros del calvario, cada vez mas exhausto, cae abrumado por el peso de los pecados que carga sobre sí. No olvidemos que todo esto lo hace por amor a nosotros, para pagar nuestras culpas y abrirnos las puertas de la vida eterna junto al Padre. El que no conocía el pecado experimentó en el camino de la cruz los terribles sufrimientos que causa la desobediencia a Dios. Paga con su obediencia y con el dolor de su corazón, lo que los seres humanos hemos destruido con nuestra desobediencia y nuestra soberbia.
Cuando cualquier asociación, organización, club, etc., organiza un acto de relevante importancia y quiere darle publicidad y divulgarlo ampliamente, es norma generalizada la edición de un cartel que anuncie el acontecimiento y lleve el mensaje que se desea transmitir al mayor número de personas posible.
La proyección hacia el exterior de la noticia se puede conseguir por distintos medios de comunicación, pero tiene en los carteles la ventaja de que la difusión de su contenido no es efímera, ya que su mensaje dura todo el tiempo que se mantenga expuesto y además se puede guardar como recuerdo del acontecimiento, cosa que estoy bien seguro haremos los que estamos aquí con los que edita nuestra hermandad.
Es por ello que todos los años en fechas previas al inicio de la primavera aparecen sobre fachadas y escaparates de nuestra ciudad, como si compitieran con la floración propia de la estación, brillantes y polícromos carteles exhibiendo las imágenes de los Cristos y Vírgenes que forman la iconografía de nuestras hermandades y cofradías.
Como todos ustedes saben, el cartel se confecciona con la fotografía ganadora del concurso convocado al efecto por la hermandad y como enseguida vamos a ver representa el discurrir de la cofradía rambla abajo (se descubre el cartel).
Como podemos ver, el motivo principal de la imagen es algo no habitual en la cartelería al uso en nuestra ciudad, pues el nazareno de a pie, ese ser anónimo bajo la túnica y el capirote que debe ser valorado por lo que en ese momento es y no por lo que hace o lo que tiene, no suele ser el protagonista, entre otras cosas porque no lo pretende ni lo desea. Pero si observamos bien y nos atenemos a una de las reglas básicas de la composición llamada de los tercios, veremos que si trazamos imaginariamente unas líneas que dividan la imagen en tres partes longitudinal y transversalmente, donde se cruzan dichas líneas nos encontramos con los puntos de interés de la composición, y… ¿Qué es lo que ocupa el punto de interés superior derecho del cartel, justo donde converge la perspectiva?, pues efectivamente… el Señor de Salud y Pasión, ¡Jesucristo! que es el único y definitivo punto de interés para nuestra fe. Pudiera parecer casualidad pero no vendría mal recordar que ni una hoja de un árbol se movería sin Su voluntad.
La autora de la original fotografía es Dª. María Molina Hernández. María es una joven fotógrafa cofradiera de profesión fisioterapeuta, que aún llevando toda su vida ligada al mundo cofrade, no es hasta hace unos pocos años que cambió el hábito nazareno por el trípode para convertirse en incansable andariega de nuestras calles durante la Semana Santa. Todos la hemos visto en innumerables ocasiones cámara en ristre, en estación de penitencia paralela, recogiendo los momentos mas sugerentes, en los rincones mas evocadores para obtener espléndidas fotografías que la han llevado a obtener diversos premios y galardones, a saber, cartel del blog Paseo Cofrade en 2008, portada del programa de horarios e itinerarios de la Agrupación de Hermandades y Cofradías en 2009, cartel oficial y programa de la Semana Santa de Almería en 2010, por cierto, otra bellísima imagen con nuestra cofradía de protagonista, cartel de la cofradía del Amor en 2010 y evidentemente éste que ahora presentamos.
Hace también María sus pinitos como plumilla y en un artículo suyo publicado en el Diario de Almería la pasada Semana Santa decía “… ésa sensación (se refería a lo agradable que le resultó ver la procesión de la Estrella a través de los jardines y las fuentes), se vio elevada a su máxima expresión la noche del Lunes Santo cuando el Señor de Pasión y su Madre de los Desamparados bajaban por el mismísimo centro de la Rambla envueltos en nubes de incienso, el calor humano de los vecinos de Oliveros que casi era palpable, las dos magníficas bandas, el buen trabajo de las cuadrillas de costaleros, la noche de primavera y el adorno natural de las palmeras, hicieron que la noche fuera perfecta…”
Incluso llegaba a reivindicar el centro de la Rambla como carrera oficial, fruto sin duda del entusiasmo que le produjo el transcurrir de Pasión por tan singular recorrido ya que ninguna otra cofradía lo había hecho hasta ese día.
Pues ese ambiente que describe y que tanto llamó su atención nos lo transmite en sus bellas fotografías como creo que es el caso de la que ahora contemplamos.
En el ya mencionado concurso se otorgó un segundo premio que determina la fotografía que ha de figurar en la portada del libro de la hermandad y que se
concedió al veterano cofrade y felizmente redescubierto como fotógrafo D. Fernando Salas Pineda, el cual ha plasmado la delicadeza de la bendita mano de nuestra Señora de los Desamparados portando el sutil pañuelo y dejando ver la bocamanga de la saya, ricamente bordada, que nos hace evocar la completa talla de la Virgen sin necesidad de llagar a verla completamente. (se descubre la portada).
Fernando es un “semanasantero” de pro que es sumamente conocido y reconocido por todos los que de alguna manera estamos en éste mundillo, cuyo currículum sería prolijo enumerar, del que yo destacaría su faceta de sabio exegeta y hagiógrafo y su labor fundadora , si no de conventos como la santa titular de ésta parroquia, sí de cofradías y bandas. Qué tiempos, ¿eh, Fernando?.
Toda obra artística está más o menos sujeta a unos cánones o normas de composición y de técnica y tratándose de fotografía, además a la necesidad de unos aparatos capaces de proporcionar una imprescindible calidad que permita su reproducción fotomecánica a gran escala como es el caso de la cartelería. Pero hablando de fotografía cofradiera, éstas están hechas con un instrumento que no posee ni el mejor objetivo, ni la tecnología mas vanguardista, ni la emulsión de última generación, si no de un elemento intangible pues es un elemento del alma que se llama… pasión.
Yo estoy seguro que así lo piensan tanto María como Fernando que con tanto amor y sacrificio consiguen tan extraordinarias fotografías que son además documentos valiosísimos para los que han de venir a sustituir a los actuales integrantes del mundo cofrade, para la historia de la hermandad y para la sociedad en general.
Que éstas bellas imágenes, tanto desde el punto de vista fotográfico como religioso, nos ayuden a vivir una Semana Santa auténticamente cristiana y que Nuestro Padre Jesús de Salud y Pasión en su Tercera Caída y su Madre María Santísima de los Desamparados nos acompañen siempre y nos inspiren en nuestras relaciones con los demás y en especial con los más necesitados.
¡Ah!, y si por si todavía alguien no lo sabe, María, es mi hija.
Muchas gracias por su atención.
Almería a seis de febrero de dos mil diez.
Domingo Molina Morales, de la Cofradía del Amor.
Fotografías: Mari Ángeles Salas